La Cereza Sobre el Helado

28 de Diciembre 2004

Lo transitorio y las amistades

Siempre tengo mi mente llena de preguntas... o quizás sea más bien curiosidad acerca de cómo nos relacionamos. Y acerca de cómo la estructura de nuestra sociedad condiciona la manera de relacionarnos. En definitiva: cómo nos moldea nuestra estructura social.
Ayer fui a mi biblioteca a reencontrarme con algún viejo amigo (es un ritual: recorro los estantes hasta que alguno de los libros me hace un guiño ¡juas! lo siento verdaderamente como ir de visita por el barrio y ver a quién me cruzo por ahí!). Ya me dispersé. Decía que recorría hasta que alguno de los libros me hacía un guiño. Ayer reencontré "El shock del futuro", de Alvin Toffler. Un libro escrito en 1970, y la versión traducida al castellano que tengo está impresa en 1974. Es importante el detallito de la fecha de publicación, merced a la velocidad con la que ha cambiado el mundo desde que este buen señor escribió su obra.
Pero es MUY interesante, mucho. Toffler analiza la sociedad que lo rodea (se concentra en datos de la sociedad norteamericana e inglesa de su momento) y atribuye las características que encuentra a la velocidad de los cambios y la transitoriedad de TODO lo que nos rodea actualmente.
Unos parrafitos, como para entrar en sazón:

John Barth captó el sentido de los cambios de amistades en un pasaje de su novela The Floating Opera: " Nuestros amigos pasan flotando; nos interesamos por ellos; siguen adelante, y tenemos que atenernos a lo que dicen de ellos los demás o perder completamente su trastro; después vuelven y, o bien renovamos nuestra amistad -actualizándola-, o descubrimos que hemos dejado de comprendernos."... "Muy pronto -dice el profesor Eli Ginzberg, de la Universidad de Columbie, experto en movimientos humanos-, todos seremos, en este país, hombes de tipo metropolitano, sin lazos o compromisos con los viejos amigos y vecinos."... "Las normas de la amistad de la mayoría producirán, en el futuro, muchas satisfacciones al sustituir las pocas relaciones a largo plazo formadas en el pasado, por muchas relaciones íntimas de breve duración." " En las condiciones dominantes a principios de los años sesenta -dice otro informe del Departamente de Trabajo-, cabía presumir que el trabajador de veinte años cambiaría de empleo seis o siete veces, por término medio." Así, pues, el ciudadano de la sociedad superindustrial, en vez de pensar en "una carrera" pensará en una "serie de carreras"

Creo que se aprecia la idea en estas líneas ¡espero que así sea! Personalmente me parece un INSULTO extraer de su contexto las palabras de un autor, pero a veces no queda más remedio...
Cuando Toffler escribió su libro aún no existía internet. Y él ve un mundo donde la gente se relaciona cada vez menos profundamente a partir de una reacción lógica de autoprotección. Y es esperable que, si uno no espera vivir más de dos años en el mismo sitio no se relacione demasiado... con los vecinos, por ejemplo. Hace sólo cien años una persona nacía, crecía, se casaba (con algún/alguna vecina/o), criaba a sus hijos, disfrutaba a sus nietos y moría en el mismo pueblo/ciudad donde o mismo habían hecho sus antecesores por generaciones y generaciones.

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Yo he cambiado 10 instituciones educativas en 12 años de educación primaria y secundaria. Y he cambiado tres veces de país!!! Y desde mi nacimiento hasta hoy he cambiado de domicilio (incluyendo cambios de país) más de 20 veces. Mis hijos, (tienen hoy 15 y 17 años) a su vez, han pasado por al menos 7 escuelas y se han mudado seis veces... divorcio de sus padres incluído.
Mis padres se divorciaron a mis 18 años y mi madre formó pareja nuevamente un año después de su divorcio, lo cual significa que mis hijos tienen un constelación de abuelos que mis abuelos no soñaron ;)
¿Cómo vamos a relacionarnos como lo hicieron generaciones pasadas?

Sin embargo, y aquí voy a mi punto (al fin) con tanto cambio geográfico lógicamente las amistades construidas como mínimo pierden contacto íntimo. Y muchas veces pierden toda clase de contacto...
Pero aparece Internet, y la posibilidad de la comunicación instantánea a partir del email, o el chat...
Mi hermana vive muuuuuuuy lejos, hay todo un continente separándonos. He hablado con ella, sin embargo, con mucha más frecuencia que con mi hermano que vive a media hora de distancia... y eso gracias al chat, que consigue reunirnos en el mismo instante en que nuestras disponibilidades coinciden.
Internet es, además, una especie de colador gigantesco de afinidades. ¿que a qué me refiero?
Me refiero a que... ¿con cuántas personas puede coincidir uno cara a cara? Aún siendo famoso ¿con cuántas personas coincidirá a lo largo del tiempo?
De esas personas, ¿con cuántas sucederá que coincidan, además, las oportunidades de cultivar afecto? Y entre las que coincidió la oportunidad ¿cuántas son afines? No muchas ¿verdad?
Pero si uno participa de alguna actividad grupal en internet... un foro, por ejemplo, ya ha habido un filtro, allí. Un colador que ha dejado algún punto de coincidencia, ya que es mucho más fácil que coincida el interés que a ambos los reunió alrededor de una temática X que la simple coincidencia geográfica. Luego uno, leyendo lo que los otros escriben, quizás sienta la curiosidad de conocer mejor a quien está detrás de ese "nick"... y con suerte el otro también coincidirá y pasen ambos al chat.
A veces ese chateo cotidiano (ya que ambos están en casa, en piyama (en patas, digo yo ;)), tomando café, mate o lo que sea... resulta más honesto que muchas citas "cara a cara", donde una se va maquilladita y "en pose" para dar una buena impresión.
Y puede resultar una Amistad. Sí, así, con mayúsculas

Escrito por Mariela Prandi a las 28 de Diciembre 2004 a las 11:50 PM | TrackBack
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