La Cereza Sobre el Helado

21 de Julio 2005

Uno de lujo

Sobre la conversación como tragedia del idioma, firmado por José Bilbao Richter - lic. en sociología (UBA) y publicado por un diarito pequeñito, insignificante... si donde menos uno lo espera, un diamante. Aquí se los dejo.
Una sola observación. El autor asimila las causas a los cambios en el sistema educativo implementados en la Argentina desde hace algunos años. Yo en esto disiento. Creo que la forma en que se decidieron dichos cambios y los cambios en sí son consecuencia, junto con otros varios signos... de otras causas que trataré de ir desarrollando de a poco a medida que mis tiempos me lo permitan. Pero entre otras cosas, y sólo por adelantar un poquito de lo que pienso, atribuyo muchos cambios sociales MUNDIALES (porque ese es para mí el error del autor: creer que está ocurriendo esto sólo en la Argentina cuando es un fenómeno mundial) a la pérdida de la conversación en sí. La gente no se comunica ya. Hablo de comunicarse padres con hijos, abuelos con nietos, vecinos con vecinos (¿cuanto hace que ud no tiene tiempo DECENTE de charlar con un amigo hasta agotar las ganas de CONVERSAR?)...
Queda para más adelante la discusión al respecto. Por ahora, aquí queda el diamantito.

Sobre la conversación como tragedia del idioma
En nuestra sociedad anómica, la conversación es sólo usada como pretexto para señalar la presencia existencial individual o indicar algo trivial, pero ya no es usada como efectiva herramienta constructora de capital sociocultural dador de sentido humano

En la historia humana observamos que todas las sociedades crearon y trataron de perfeccionar un lenguaje en el que la acción comunicativa fuera efectiva al desarrollo del sistema social buscado. Esto originó la necesidad de elaborar e imponer prácticas y sistemas normativos para que la población adquiriera progresivamente la cultura que permitiese el desarrollo y la cohesión social imprescindibles para consolidar la nación deseada
En sociedades desarrolladas, observamos que las prácticas formales de comunicación, en especial la conversación, constituyen un verdadero arte conversacional, en tanto se apoyan en un estilo de intercambio oral y expresivo, como un ritual obligado al que se le asigna elevado valor social.
En nuestra Argentina, la acción comunicativa que percibimos a diario indica que estamos sumergidos en un basurero cultural y educativo en tanto el idioma empleado en la diaria conversación, al ser abandonado como modelo, dejó de aportar para la construcción del capital sociocultural necesario para el desarrollo, la cohesión y el fortalecimiento de la Nación, lo cual constituye una verdadera tragedia.
Lo trágico reside e que el sistema cultural y educativo vigente impulsa a la supresión del sujeto histórico cultural anterior y a su reemplazo por un sujeto tribal que, como indicador de su presencia o pretexto relacional, emplea ruidos guturales, símbolos, códigos y formas que deben ser “pescados” por los sujetos parlantes al sólo efecto de ser “entendidos” (“¿me entendés?”), pero sin necesidad de ser comprendidos. Las diversas muletillas e uso como “viste”, constituyen hitos repetititvos que saturan el espacio comunicacional, indican adolescencia cultual, necesidad de protección o contención psicosocial y crean un “lenguaje ingenuo” enraizado en ámbitos deprimidos de pertenencia sociocultural que contribuyeron a formar la sociedad anómica que padecemos.
La pérdida preocupante del idioma hace que i en los mismos niveles etarios los sujetos parlantes puedan clarificar una situación puntual o un estado de cosas, y que todo intento descriptivo o explicativo, en especial entre jóvenes, sea confuso y hasta inentendible. La licuefacción de la autoridad educativa, supresión de amonestaciones, imposición del desorden y el permisivismo del “dejar hacer”, unidos a la disminución de conocimientos e interés del educando, produjeron el vaciamiento del capital cultural, educativo, y la disolución del sujeto social como ciudadano responsable, lo que dificulta en extremo la natural competencia para la búsqueda laboral y transforma al ciudadano en un excluido, un ex-humano, sólo considerado al efecto del voto para asegurar el control social y reproducir el sistema feudal esclavista dominante.
El sistema hace que todo esfuerzo de una acción comunicativa inteligente, y superadora sea restringido, imposibilitado o

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suprimido para no obstaculizar la acción disolvente implementada con lo farandulesco, lo grotesco e híbrido popular, que impiden la percepción de la condición y valores humanos trascendentes. Al suprimir la necesaria comunicación con el “yo” íntimo, se impide hasta la posibilidad de “religare” con Dios. La promoción de una cultura y educación “chatarras” hace que la inteligencia emocional y la necesidad humana de lo sublime sean reemplazadas con diversos productos salvíficos de religiosidades, también chatarras que hoy vemos proliferar. Las reglas del idioma popular en uso son lo banal, lo impreciso, el olvido de palabras y el empleo de sólo unas pocas, lo cual desvaneces la transparencia comunicativa, incrementa la disociación discursiva, dificulta la comprensión y todo esfuerzo analítico. E nuestra sociedad anómica, la conversación es sólo usada `para señalar la presencia existencial individual o indicar algo trivial, pero ya no es usada como efectiva herramienta constructora de capital sociocultural dador de sentido humano. Mientras ello ocurre, los responsables de las carteras Cultura y Educación, aún no han presentado ningún proyecto integral y efectivo para superar esta tragedia. Hay necesidad de crear una palabra para definir con exactitud la tragedia argentina que crece y se expande. Quienes desde el ámbito cultural y educativo fueron responsables de su implementación hoy gozan de impunidad, y los beneficios que otorgan altas designaciones políticas y permanecen indiferentes a los sufrimientos y privaciones de más de dos generaciones sin futuro posible, que hoy vemos deambular por las mugrientas calles de la administración Ibarra, buscando residuos en bolsas de basura para comer y arrastrando carritos con catones para vender. Lo que aún queda de la sociedad hablante y pensante debe movilizarse con todos los recursos posibles e la construcción de fortalezas socioculturales para resistir la destrucción del idioma y defendernos de la bárbara ideología disolvente que nuevamente agrede a la Nación.
Escrito por Mariela Prandi a las 21 de Julio 2005 a las 11:55 PM | TrackBack
Comentarios

Excelente artículo!!!
Buenisima la aportación!! El periodismo debería seguir este camino, y demostrarle a los ciudadanos argentinos que todos nuestros problemas son educativos y comunicativos. Hay que educar en verdad y en palabras, no con ideologías..
Espero que traigan más articulos de este sociólogo.
Saludos,
Tiziana

Escrito por Tiziana a las 6 de Mayo 2007 a las 05:14 PM
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