Desaliento (otra vez, y van...)

Hasta yo estoy aburrida de mis estados de ánimo cambiantes, así que pido disculpas públicas por mi post de hoy.
Hace rato que estoy así, como si mi espíritu sufriera mareas.
Me he planteado mucho si corresponde postear algo así, pero en razón de la honestidad he decidido escribirlo... me parece más lógico comunicar lo que me pasa en vez de “desaparecer de la escena” , guardándome mis sentimientos. Dejar a todos “colgados” me pareció una falta de respeto. Así que ahí va la parrafada.
Me está sucediendo especialmente durante los fines de semana. ¿Neurosis del fin de semana? Hummm
Reflexiono (escuchen los engranajes de mi cabecita)
No. No es eso.
Es que durante la semana estoy con gente que de alguna manera reconoce mi valer (mucho o poco, no está ahí el punto). Se da en mi casa una situación incomprensible para mí, donde nada que haga, ninguno de mis resultados VALE. Algo así como estar pintada en la pared o ser un mueble (feo a veces, lindo otras).
He tenido grandes éxitos” , en mi carrera. Mi grupo (del cual fui lider de proyecto) fue el único en lograr los objetivos que se habían propuesto. Fue el mejor trabajo presentado en años. Incluso, nos han pedido que presentemos ese trabajo a todos los alumnos de distintos cursos este año y el próximo. Nos han propuesto ser ayudantes de cátedra el año que viene y dirigir este mismo trabajo cuando el año que viene tengan que realizarlo los terceros años.
Yo siento eso como un éxito, fruto del esfuerzo y de la inteligencia (no trato de ser modesta, como ven).
¿Hubo algún eco de esto en mi familia?
Ninguno.
Ninguno.
No ser reconocida entre mis más cercanos es algo que realmente me resulta alienante. Me produce la sensación de que no existo. Y esa sensación me lleva a sentimientos muy oscuros y destructivos.
En consecuencia, deduzco estar “mal acompañada”.
Y entonces termino siempre “razonando en círculos” en dos líneas de pensamiento, a saber:
La primera línea dice: “estás mal rodeada, vete de ahí, búscate mejores compañías”
La segunda apunta más al interior (como un misil) y dice: “si no te responden en absoluto, ¿se te ha ocurrido que quizás tú generas eso en los demás?
Supongo que si siempre se presentan juntas debe ser que ambas son ciertas. Ciertas, entiéndase bien, entre comillas, ciertas en algún sentido, ciertas ambas porque tendrán relación una con la otra.
Hasta ahora no encuentro esa relación.
A ver: si no me “ven”, si soy un mueble, será porque de alguna forma no he sabido transmitir que soy una persona, PERSONA.
Pero, además, porque son EGOÍSTAS, y sólo se ven a sí mismos.
Desde el sábado pasado hasta el miércoles en que pude hablar con mi madre (quien siempre sabe cómo juntar mis pedacitos) estuve llorando casi sin parar.
Sólo mi hija menor se percató.
Poco podía hacer ella al respecto, pero es que no pido que alguien haga algo. Sólo el hecho de que ella preguntara preocupada “¿qué te pasa?” es suficiente para mí respecto de ella. Sólo tiene 15 años, no puedo pedirle que comprenda y contenga lo que puede plantearse una persona de 40 años. Pero el sólo saber que le IMPORTA, eso es lo que yo necesito.
Sabiendo que me sentía mal me han llamado algunos amigos –en verdad todos los que lo supieron-.
Pero el resto de los integrantes de mi familia, los que viven conmigo ni siquiera se enteraron, y VIVEN CONMIGO. A eso llamo yo ser un mueble.
Y la soledad que me hace sentir esa situación, ese maltrato, es espantosa, horrorosa.
Cuando entro en el estado que me provoca esa sensación de soledad es como si quedara muda, muda en mi cabeza, sin pensamientos. Así que ¿qué postear en ese estado?
Porque, además, frente al drama interior que estoy padeciendo (no quiero ponerme melodramática, es que sencillamente así me siento) todo lo que podría escribir me parecen tonterías, cosas banales, sin sentido.
Prometo tratar de convertir este sentimiento en algo más creativo, ya que parece que la alternativa anterior era el silencio. Pero es que no quería que este blog fuera una especie de diario íntimo adolescente donde llorar por este u otro novio... Trataré de que tenga un tinte de reflexión acerca de LA vida, aunque sea partiendo de MI vida.
A ver cómo me sale.