La Cereza Sobre el Helado

25 de Mayo 2006

El alivio y el dolor de tomar conciencia

Escribo esto no para quejarme o llorar online, que me parece patético. Lo escribo porque quizás mi experiencia le sirve a alguien.

Ayer escribí un post particular, ya que leyendo ese artículo que transcribí tomé conciencia de mi situación.
Hoy amanecí reflexionando en lo complejos que somos los seres humanos.
Hace años ya que vengo quejándome de cómo me trata mi pareja, de sus incoherencias, sus arbitrariedades, su ¿desprecio?... no, no sería desprecio, indiferencia, más bien. Su negarme calor, muestras de afecto. Sus críticas permanentes.
Y todos estos años preguntándome qué responsabilidad me cabía en todo esto.

No tengo idea de por qué (estaba viajando en tren y la imagen se me presentó repentinamente) de pronto se me impuso la idea ¡NO TIENE DERECHO A HACERME ESTO! ES DENIGRANTE, ME ESTÁ DENIGRANDO!
Y lo escribo así, en mayúsculas porque el pensamiento fué como un grito.

A partir de ahí, reflexionar acerca de mi "descubrimiento"

En primer lugar ¿cómo no actuó mi amor propio, mi autodefensa?
No lo sé.
Pero relaciono con que mi autoestima está desaparecida, y que uno debe tener aunque sea una pizca de autoestima para poder detectar que lo están tratando como trapo de piso.

En segundo lugar ¿qué pasó con mi autoestima?
Cuando uno convive con una persona patológica es MUY difícil sostener su propia imagen. Y esto no es casual. Ocurre que necesariamente parte de la autoimagen la construimos en relación a un otro que está ahí enfrente. Y cuando se dan juntas dos determinadas condiciones esa autoimagen sufre. Las dos condiciones son: el maltrato y el aislamiento.
El maltrato solo ya produciría sus efectos, pero cuando se une al aislamiento uno se queda con un solo espejo: ese que deforma, esa imagen que nos devuelve el enfermo.
Además, normalmente, el maltratador NECESITA aislarnos, nos quiere sólo para sí, a su merced.
Y va tejiendo sus telas de araña de manera que sólo tengamos espacio mental para él.
En este caso particular mi pareja no me prohíbe salir, pero tiene un "pero" o condición o recomendación para cada paso que doy... con lo cual consigue ocupar TODO el tiempo mi cabeza.
Además pasa su tiempo estudiando cada movimiento que hago y buscando los posibles errores que haya cometido... y claro que siempre encuentra alguno. Y entonces empiezan las críticas...

Combinando una cosa con la otra... ¡pum!

Y se hace difícil de identificar porque no me golpea, no me critica en público, no me es infiel (al menos creo que hasta ahora no)...

Sólo está de malhumor permanentemente, Sólo no me dirige la palabra casi más que para "avisarme" que anoche dejé algún calefactor encendido o cosas por el estilo (es decir, no cumplí alguna o varias de sus 9871394819472 reglas). Sólo se muestra distraído o aburrido cuando quiero comentarle algo. Sólo tiene la misma actitud hacia mis hijos. Sólo no me pregunta cómo me fue cuando sabe que he tenido una importante reunión de trabajo. Sólo no me pregunta qué me pasa cuando me vé llorar. Sólo jamás me dá un abrazo ni un beso. Sólo se molesta si cuando hace frío quiero acurrucarme contra él en la cama. Sólo me rechaza cuando quiero abrazarlo. Sólo eso.
Sólo me hace sentir un gusano, algo sin importancia ninguna, alguien invisible.
Por lo demás... parece normalito y eso es lo desconcertante.

Dejo para otro post las respuestas a por qué ¡otra vez! me vinculé con una persona así... aún no sé la respuesta.

cerecita.gif

Escrito por Mariela Prandi a las 25 de Mayo 2006 a las 07:59 PM
Comentarios
Enviar nuevo comentario









¿Recordar mis datos?



* Nota: tu mail no será visible al publicarse el comentario



Escribe el numero que ves al lado antes de enviar:


La Cereza Sobre el Helado